Iurgi de excursion

06 septiembre 2015

Phong Nha Ke Bang

Tras Hue, tren y coche, llegar al Parque Nacional de

Considerado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y el pueblo base desde donde salía nuestra expedición. Yo llegaba con mucho tiempo, así que tras asentarme en la habitación y viendo las vistas desde el mismo hotel,

decidí coger una bicicleta y explorar un poco la zona. Tirando hacia el suroeste pasando por extraños monumentos.

Llegar a una de las muchas atracciones del lugar.

Toda la zona es un paraíso para los espeleólogos, con montones de cuevas. El río se adentraba en esta. Solo la vi desde fuera. Tendría muchos días de cueva en nada. En su lugar volver por el camino recorrido y seguir más allá. Pasar el puente al otro lado del cauce.

Y ver las plantaciones y las formaciones de karsts.

Tenía ganas de seguir explorando, pero se me cayó literalmente uno de los pedales de la bici... Recordando historietas de hace muchos años en Bali. No había forma de volver a colocarlo y no conseguía comunicarme con los locales que me encontraba, para conseguir alguna herramienta que me lo facilitara. Así que de vuelta como pude al hotel. Con paciencia y algo de maña, tampoco es tan complicado lo de darle a un solo pedal. Pasar de nuevo por encima del río, y a menor velocidad ver curiosas construcciones.

Y llegar al hotel. Donde comer y empezar a conocer a la gente que formaría la expedición. El plan para esa tarde era repasar lo que haríamos los días siguientes, normas básicas de seguridad, chequeo de material y otros. Punto álgido, ver un vídeo de lo que nos esperaba. Yo ya había visto este de National Geographic.

Un poco demasiado dramático para mi gusto, pero parece ser que es el estilo que utilizan en este tipo de historias. Lo curioso es descubrir que Howart sería nuestro guía principal. Un montón de recuerdos y aventuras que tenía para contarnos. Cenar y disfrutar de comodidades que no tendría en próximos días como un colchón, agua caliente, etc.

Bien pronto el día siguiente levantarse y hacer la última comprobación de que todo el material estaba correcto. Descubrir que unos cuantos de los clientes que venían conmigo habían decidido quedarse fuera del hotel. En parte disfrutando de la hospitalidad de la celebración del Tet. En un pueblo esto consiste en ir juntándose en las casas de todo el mundo y compartir comida y bebida hasta altas horas de la noche. Y para empezar el día "con alegría", otro mega-desayuno con whisky y otros licores incluidos.

¡Pasajeros al minibus! La selva siguiente parada.