Iurgi de excursion

29 marzo 2015

Moluccas - Ambon y Saparua

Continuando con Moluccas, tras tres noches en Saleman donde disfrutar del sol

y las trombas de agua desde la terraza de la casa;

las especies que le dieron su notoriedad a estas tierras hace siglos

y granos de cacao y otros;

las tumbas más extrañas con símbolos que parecen la parte de arriba y de abajo de un hombre de palotes saliendo de la tierra

y pájaros que parecen murciélagos que salen todos los días puntuales antes del anochecer en grandes bandadas (ver en grande la franja que forman, parte solo de ello, km de largo en total);

tocaba preparar todo para volver a puerto. Empacar mochilas, desayuno con especie de donuts super azucarados, plátano frito y té con mucho azúcar y coche esperándonos bajo la lluvia. Idea original era quedarnos a medio camino a Ambon, en la isla de Saparua. Pero no hubo suerte. Aunque en dirección opuesta sí que habíamos parado allí, ese día el trayecto era solo directo. A cambiar de planes de nuevo. Argoitz encontró página web y número de teléfono del primer sitio de buceo, así que tras llegar a puerto + bemo + bemo + ojec, llegar al centro.

"En un momentito viene el dive máster" mientras nos ponían unos vasos de zumo y un plato con más fritanga: banana, fruti-pan (bread fruit) y gorengan.

El momentito llegó casi a la hora, irnos a cenar y ya hablar con él a la vuelta. Un poco desastre. Inglés limitado. Explicación deficiente. Y cuando descubrimos que ni tan siquiera tenían equipo del tamaño de Joana, intentarlo en otro centro de buceo (Blue Motion) que había visto Argoitz en su recorrido en moto. De jefe un alemán con el que era más sencillo comunicarse, mejor material, algo más barato... Se lo comentamos al del primero y nos dijo que en ese caso teníamos que dejar sus habitaciones. 21:00 de paseo por mini pueblo, pero encontrar acomodo fue mucho más sencillo de lo esperado. Un hostal a pocos metros. Unos cuantos extranjeros con los que estar de charla y a dormir. Despertar a media noche con cantos...

Todas las habitaciones en los hoteles en Indonesia tienen esa flecha en el techo. Apunta a la Mecca. Y a las cuatro y media de la mañana empiezan los rezos desde los altavoces de la mezquita, que en este caso estaba a poca distancia. A las doce del mediodía, tres de la tarde y las seis o siete con el anochecer se repiten los "lamentos"...

Desayuno y a bucear. Mud dive = buceo en barro era lo que nos ofrecían. Buena visibilidad pero basura a tutiplén y un montón de fauna. Sorprendente.

Caballitos de mar nada más entrar en el agua. Anguilas de paseo o las ya vistas antes entre rocas (foto Argoitz).

Nudis. Bichos raros de color intenso (foto Argoitz).

Cangrejitos monos escondidos en zapatos (foto Argoitz).

Peces rana. Trompetas. Mini nemos. Peces globo. Y un montón más que ni sé todavía que eran (foto Argoitz).

Perfectamente camuflados (foto Argoitz).

Máxima profundidad 15-18m y de media alrededor de los seis, así que inmersiones largas, largas, hora y veinte minutos cada una. Algunos llegaban a las dos horas.

La segunda empezando en el puerto donde encontrarnos más mierda. Ufff... Pilas, zapatos, cientos de plásticos, una aspiradora y los peces y la flora intentando hacerlos parte de su territorio.

Anguila que encontró una rueda reventada como estupenda guarida. Ídem con unos nemos y cangrejos y un bolso...

Era 31 de diciembre, así que no había posibilidad de buceo nocturno. En su lugar los del centro nos preguntaron si nos apuntábamos a su cena de noche-vieja. Perfecto.

Comida mucho más variada, verdurita, pollo muy bueno, pescado un poco demasiado picante, algún plato de carne que me decían era tradicional indonesio. Luego tiempo para algo de música, juegos, diábolo, etc. Antes de ver los fuegos, nada espectaculares por tamaño, pero un montón.

El uno de enero poco que hacer por la mañana con muchos pasando la resaca, así que aprovechar para ir a correr junto a la costa. Fácil por los doce kilómetros de recorrido oí cien veces lo de "mister, mister" = señor, señor; bueno y unos cuantos "miss, miss" = señorita, señorita. El nivel de inglés es mínimo, pero les encanta repetir lo poco que saben a los occidentales que van viendo. Buceo nocturno donde ver algunos bichos no vistos hasta ese momento. Como los "cangrejos Michelín" (foto Argoitz).

Una pareja de italianos habían conseguido reservar hotel y transporte (bemo -200k- y barquichuelo -500k- privados) hasta la parte chula de Saparua (Putih Lessi Indah), así que a la aventura, juntarnos con ellos para los dos últimos días en Moluccas. Yo no estaba muy seguro si era arriesgar mucho (un poco justos de tiempo), pero siguiendo a los "locales". El speedboat (barco rápido) era del tamaño del bote de aitxitxe, pequeño, pequeño, con mismo tipo de volante con poleas al fueraborda y control de velocidad.

Y una estructura de fibra de vidrio que hace especie de habitáculo. No me extraña que con algo de mala mar no se atrevan a navegar.

Una hora larga hasta llegar a la playa.

Allí nos recibió el encargado del hotel. En principio nos dijo que no tenían sitio pero que nos quedáramos a comer y que ya veríamos si se podía organizar de alguna manera. Nos habían comentado ya en Ambon que era normal dormir en el comedor y cuando lo vimos hasta sonaba tentador, muy cómodo.

Comer bastante bien con varios platos, tempeh incluido. Aunque no recordaba haberlo probado antes, conocía el concepto, pensaba que semillas, pero realmente hecho de la fermentación de soja, con lo que se hace uno de los platos de proteínas más codiciados entre los vegetarianos.

Ir a una cueva cercana. Con agua súper transparente. Inicialmente parecía poca cosa pero a la segunda visita ya con chapines, mini linterna etc pasárnoslo muy bien investigando las distintas zonas, salidas, murciélagos volando. Poco más de medio kilómetro en total, pero muy entretenido.

Volver a la playa, nadar una horita y visto que algunos que habían reservado habitación no aparecían, ya teníamos la noche arreglada.

La cena incluso mejor que el almuerzo. Sopa de verduras. Barracudas y otro pescado a la brasa. Batatas en curry. Vainas en salsa. Arroz.

Para las diez el generador murió, así que a dormir. Despertarse con pancake con frutas para desayunar. Y el encargado nos comentaba que deberíamos adelantar la salida, a las doce en lugar de las tres o cuatro de la tarde, porque el conductor le decía por teléfono que el mar estaba bastante picado e iba a empeorar. Así que a aprovechar la mañana con más nados. Incluso mejor que el del día anterior yendo por la costa hacia el sureste. Un atún, tres rayas, un par de especie de pez luna enanos, corales de muchos tipos y en algunos lados lo más "frondoso" nunca visto.

Casi hora y media antes de volver para ducha y con todo empaquetado empezar el retorno. En buena hora hicimos caso a las indicaciones del encargado. El viaje de regreso fue de lo más movido y seguramente lo hubiera sido más si hubieramos retrasado nuestra salida. Una hora habíamos tardado en llegar, casi dos de vuelta. Olas. Botes. Algún grito de susto con la embarcación picando de pleno en ola. Cada X yo mirando en el GPS donde estábamos y la distancia que quedaba.

Aquí ya estábamos a pocos kilómetros del destino, pero sin cobertura de las islas.

Entre medio bromas viendo a donde teníamos que nadar en caso de que la embarcación se rompiera. Pero llegamos sanos y salvos a puerto con suspiro de alivio de todos. Desde allí regreso al mismo home stay cerca del aeropuerto, donde pasar las últimas horas bajo el mal tiempo. Y comenzar el regreso. Aeropuerto de Ambon, volver a tener wifi con cientos de mensajes y mails recibidos tras la semana sin conexión. Ir viendo lo que tenía en la cámara y la GoPro, aquí un vídeo con parte de ello.

Vuelo a Yakarta en donde dormir un rato. 6-7 horas de espera tenía en el segundo aeropuerto, así que Joana y Argoitz me recomendaron pagar por entrar en uno de los lounges de business. 120.000 rupias (8€) por un buffet sencillo pero decente, wifi y sofá donde echarme otra buena siesta. Y ya últimas 5 horas de vuelo a HK de vuelta a la realidad. ¡Oficina a currar!

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